Desde hace un par de años odio el verano.
Porque: nunca llego con la dieta, porque me baja la presión, porque no puedo dormir cómoda y sobre todo porque mis pies se hinchan y ningún zapato resulta cómodo.
Todos me aprietan, cortan la circulación.
He gastado miles de pesos en nuevos zapatos que ya ni se donde meter (por suerte mi esposo no lee mi blog!).
Pierdo horas en las zapaterias probando uno y otro modelo.
Con mareo de tanto estar con la cabeza para abajo, por prenderme y calzarme uno y otro zapato... Donde quedaron aquellos banquitos para apoyar el pie, los vendedores que se agachan a calzar el zapato cada vez son menos y los calzadores son un instrumento en vías de extinción!!!
Encima los modelos!
Quien los diseña?
Conseguir algo cómodo, estético, a la moda, elegante, pero canchero es cuestión de horas de búsqueda.
Harta de tanto probar termino comprando cualquier cosa que cuando me lo pongo en casa debo abandonarlo antes de salir a cualquier sitio y siempre volver a algunos de mis dos pares de sandalitas ya amoldas al pie... Siempre lo mejor resulta ser lo que ya tenia y se adapto a mi o yo a convivir con ellos!!!
Y todo... porque una vez una compañera de facultad de quien no recuerdo ni la voz, ni el rostro, pero si la situación, el lugar y la entonación con la que afirmo,
que: "los zapatos son el reflejo de la personalidad".
...Con el tiempo advertí que todo el tiempo estamos recibiendo y emanando señales de nuestra personalidad... pero sigo observando los zapatos de cada persona a la que me interesa conocer... y sigue dando resultado...
Para analizarme a mi vengan a visitar mi zapateria propia...!
Sera señal de que soy indecisa, impaciente y consumista!?...