Años después, ya él siendo Presidente de la República me lo volví a encontrar e hice referencia a aquella charla y sus recomendaciones y di a entender que le había hecho caso.
OFF DE RECORD le puntualice a mis amigas al contarles la anécdota, que en realidad solo había leído uno de sus libros recomendados. Al preguntarme porque no se lo aclaré a él no tuve una respuesta y no la tengo. No se bien porque no le aclaré a mi consejero que no había leído ambos, seguramente vergüenza, el hombre que hoy era Presidente de la República había tenido la delicadeza de hacerme recomendaciones literarias que yo no había cumplido plenamente y preferí ser ambigua.
Mi amiga del alma me regaño por haber mentido...
Y se me ocurrió escribir esto porque, más allá de que no me gusta mentir (quizás si ser ambigua algunas veces...) y esta puede ser una forma (ingenua) de disculparme con Batlle, me encantó haberlo hecho, es decir, que haya ocurrido, es genial que haya dado lugar al reto de mi amiga y es bueno saber que siempre esta ahí para volverme al camino.
Te quiero Solcito (si, esta entrada es directa para vos la otra parte de éste Blog y contala como una anécdota que sumo éste año para llegar a las 34 de mañana ;))